La arquitectura evoluciona hacia nuevas formas y modelos capaces de reinventar las técnicas y materiales tradicionales. Estos avances dan como resultado edificios tan bellos como la capilla Saint Benedict en la población de Sumvitg, Graubünden (Suiza).
Esta fabulosa obra de ingeniería situada en una ladera de los Alpes suizos, es fruto de la maestría del premio Pritzker Peter Zumthor. La capilla ocupa el lugar de una antigua construcción barroca que fue destruida por una avalancha. En su lugar, Zumthor optó por levantar un edificio empleando los materiales característicos de la arquitectura tradicional de la región, protegido de posibles aludes por un frondoso bosque.
Con una planta poco convencional en forma de gota u hoja de abedul, el arquitecto suizo levantó una capilla con una fachada de escamas de madera. Este material también protagoniza el interior de la construcción, donde largos tablones de madera sustentan la espectacular cubierta reforzada con vigas que recuerdan a las estriaciones de una hoja o la cubierta de un barco.
Un anillo de paneles de cristal, dispuestos justo debajo de la cubierta, deja pasar la luz natural al interior de la capilla bañándola de forma suave y cálida. La ausencia de elementos decorativos, reducidos a los bancos y el altar, todos ellos realizados en madera, elimina cualquier tipo de distracción, centrando toda la atención en el propio mundo interior del visitante. Una estética minimalista que evidencia el pasado del arquitecto como aprendiz de ebanistería y su vocación por fusionar la calidad artesanal con el pensamiento moderno.
En las inmediaciones de la capilla de Peter Zumthor aún se conservan los restos de la antigua capilla barroca, estableciendo un diálogo entre historia, tradición y modernidad que caracterizan la obra de este genio de la arquitectura moderna.
Fotos: Felipe Camus.