Desde siempre, las personas han sentido la necesidad de crear espacios decorativos con los materiales más elementales que se encontraban al alcance. La artesanía tradicional ha formado parte de la cultura europea desde hace miles de años, dando lugar a figuras clásicas que han acompañado nuestra historia. Y la madera ha sido un elemento indispensable de esta tradición folclórica.
Un arte para todos
La manera tradicional de trabajar la madera es a través de tallados. El grabado de madera es un arte lento y pausado que requiere mucha destreza, una habilidad que ha sobrevivido hasta nuestros días gracias al esfuerzo de artesanos, que han transmitido su arte de generación en generación. Aunque hay diferentes formas de realizar grabados en madera, la más sencilla sólo requiere de un cuchillo afilado, un cincel y una lija para crear auténticas joyas en miniatura.
Paciencia, el aliado necesario
El grabado de madera es una rutina costosa y lenta que requiere mucho tesón. Se necesita un entorno tranquilo donde poder trabajar, y, sobre todo, mucha minuciosidad. Tallar la madera no es una actividad sencilla, pero puede resultar muy gratificante para el que la lleva a cabo. Empezar con algo sencillo, poniendo metas alcanzables, puede servirle a cualquier principiante para introducirse en esta destreza.
Unión de tradición y modernidad
Aunque decorar la casa en la actualidad con grabados de madera puede parecer una opción desfasada, lo cierto es que, bien trabajada, sirve de nexo de unión entre tradición y modernidad. La madera transforma cada rincón de tu hogar en una zona de tranquilidad que te ayude a conectar con tu entorno natural. Trípticos tallados en madera, pequeñas figuras ornamentales o juguetes, la madera puede convertirse en cualquier objeto. Déjala entrar en tu casa.