Las cualidades de la madera hacen que sea, probablemente, el material de construcción más excepcional. Como material de construcción renovable, la madera es amigable con el medio ambiente y consume la menor cantidad de energía cuando se procesa.
Aunque con el paso del tiempo han ido surgiendo nuevos materiales que emplear, la madera todavía es a día de hoy uno de los más utilizados. Bien en viviendas, espacios públicos o edificios, este material es un producto comúnmente protagonista por cualidades como su resistencia y dureza, así como la nobleza y elegancia que transmite.
El cuidado con el que se procesa la madera natural es el mismo que se implanta en los bosques de los que se sustrae, realizando una extracción sostenible para –posteriormente- trabajar cuidadosamente la materia prima y crear un producto de alta calidad.
Las principales características que determinan cada madera no son otras que el color, olor, textura y veteado. Estas dos últimas son las que vuelven única cada pieza de madera, consiguiendo un acabado y superficie del producto que repercuten en su belleza tanto al tacto como a la vista.
Además la madera es un material con una absorción acústica idónea por lo cual, al detener las ondas de sonido, se conseguirá un mayor confort acústico. Del mismo modo la madera también ejerce de aislante térmico, repercutiendo en un agradable tacto del material y una reducción en el consumo de energía.