En los recuerdos de infancia de Giuseppe Penone (Garessio, 1947) aparecen «montones de castañasy estancias repletas de setas traídas a lomo de asno en sacos enormes». Tras estudiar contabilidad, ingresó en la escuela de Bellas Artes. Allí entendió la necesidad de buscar una identidad personal. En sus propias palabras, «tenía compañeros de escuela un poco más formados que hacían escultura sal estilo de Giacometti.
Pero había algo que no me cuadraba: ¿cómo esculpir al igual que Giacometti si no has sufrido la guerra, si has crecido en un contexto totalmente distinto?». Esa búsqueda de un contexto propio le llevó a volver a sus orígenes, al pequeño pueblo del Piamonte que le vio nacer y a los montones de castañas y setas de sus recuerdos.
En ese contexto sencillo, Penone empezó a observar sistemáticamente la naturaleza, analizando y revelando la relación entre el ser humano y el mundo que le rodea.
Durante un tiempo militó junto al movimiento del Arte Povera para separarse posteriormente de esta corriente buscando una concepción sensual de la obra y una relación simbiótica entre los elementos de la naturaleza que le cercan.
Sus primeros experimentos en la búsqueda de esa identidad propia fueron intervenciones sobre el terreno en los bosques de su infancia, modificando a los árboles durante su crecimiento mediante presiones o incisiones e imponiendo la voluntad del hombre a su desarrollo natural.
Alpi Marittime. L’albero ricorderá il contatto, 1968
Su constante investigación sobre la evolución de los árboles y la posibilidad del hombre de influir sobre ella le llevó a crear obras como Ho intrecciato tre alberien la que tres árboles se retuercen hasta fundirse en un sólo volumen.
Ho intrecciato tre alberi
En su obra El árbol de las vértebras (1996) sacó moldes de ramas y troncos de diferentes árboles para reproducirlos en vidrio.
La base sensorial que Penone impone en sus obras le llevó a crear, en 2004, la instalación Repetir el bosque en la que despojaba de las capas exteriores de corteza a los troncos para mostrar sólo el núcleo interior, la identidad primordial de los árboles.
Ripetere il bosco
La vinculación del hombre y la naturaleza, unidos por el tiempo, le lleva a buscar relaciones entre el interior del cuerpo humano y el interior de los árboles, valorándolos siempre en grado máximo. Así ocurre en su obra Spazio di Luce donde el interior del tronco se ha recubierto por una capa dorada como si de una joya se tratase. La percepción del espectador se pone en juego al mirar dentro del árbol para descubrir una figura circular dorada en el mismo corazón de la madera.
Spazio di Luce
Spazio di Luce
Penone se pone al servicio de la naturaleza a lo largo de su obra, transformando los árboles de su infancia, redescubriendo la grandeza que se esconde en los bosques, llenando de sentido y valor a la madera más sencilla y pura.
Árbol helicoidal (1988)