La sequoia se ha convertido en la madera más cara del mundo, llegándose a pagar por ella hasta los 1.500 euros por metro cúbico. Este árbol cuyo nombre fue escogido en honor al jefe cheroqui Sequoyah, es característico de los Estados Unidos. Sus bosques se localizan casi de manera exclusiva en el norte del continente americano, concretamente en la costa de California y en Oregón.
¿Por qué la sequoia?
Debido a su rendimiento económico, algunos países sudamericanos han decidido lanzarse a su cultivo. En Europa es verdaderamente difícil acceder a esta clase de madera, ya que sus elevados precios y el coste de su importación hacen que sea un bien prácticamente inasequible para la mayoría de los consumidores. Concretamente en España, pueden encontrarse algunos ejemplares en la provincia de Granada como fruto de un antiguo presente del duque de Wellington al marqués de Corvera.
La sequoia crece rápidamente en zonas de sombra, alcanzando grandes dimensiones. Precisamente su tamaño y las complicaciones que éste supone a la hora de trabajar, son los principales responsables de su precio en el mercado. Algunos ejemplares han llegado a alcanzar los 7 metros de diámetro y los 115 metros de altura, convirtiéndolo en el ser vivo más alto del mundo. Además, se trata de un árbol verdaderamente longevo, que puede llegar a superar los 3.000 años de vida.
La sequoia posee una corteza suave y gruesa de color pardorrojizo. Una madera de gran calidad y de llamativo color que la convierten en un material muy apreciado en el sector. Muchas piezas de mobiliario de alta gama están elaboradas con madera de sequoia. Y es que su gran estabilidad y durabilidad la convierten en la opción perfecta para el diseño de ventanas, puertas y otras piezas de carpintería. Se trata de una especie que no resiste bien la flexión y los choques, por lo que no es recomendable su uso para la construcción de estructuras.